07 febrero 2012

Entrevista a ROBERTO FELETTI

Hay que constitucionalizar el nuevo
concepto de ciudadano económico
 
- Por Mariano Beristain
El diputado dijo que es partidario de reformar la Carta Magna para incorporar los derechos sociales colectivos que se obtuvieron desde 2003 hasta la fecha. Opinó que el desafío del nuevo Congreso es seguir avanzando en las reformas estructurales.
Después de casi un mes de descanso, el titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, Roberto Feletti, volvió a la arena política con todos los bríos. En una extensa entrevista que le concedió a Tiempo Argentino, Feletti hizo un repaso de las prioridades que tendrá un Congreso con mayoría oficialista y también analizó algunos de los temas más calientes de la coyuntura económica.
–El oficialismo criticó en 2011 a la oposición porque cuando tuvo mayoría prácticamente no hubo actividad en el Congreso. Ahora el oficialismo, con aliados, tiene mayoría en ambas cámaras.
–La oposición no logró ordenar un proyecto claro en el plano legislativo y tampoco respecto del país. Llegaron al extremo de no aprobar el Presupuesto, si no hubiera sido por el liderazgo de la presidenta las cosas se hubieran complicado. El cambio sustancial se produjo en diciembre. Se aprobaron las leyes del paquete económico; el Presupuesto 2012, la Ley de Emergencia Económica, el mínimo no imponible de Ganancias, la prórroga del Impuesto al Cheque. A eso hay que agregarle los cambios estructurales: la Ley de Tierras, el Estatuto del Peón Rural, que otorgó derechos que antes no existían, la Ley Penal Tributaria, la norma contra el lavado de dinero y la ley de Papel Prensa que llevaba dos años parada. Estas leyes permiten al gobierno colocarse con un andamiaje distinto de cara a la crisis internacional.
–¿Cuáles son las reformas que hay que implementar para que el modelo socioeconómico sea sostenible en el tiempo?
-En esta nueva etapa hay continuidad, porque el equipo económico es prácticamente el mismo, que empieza a trabajar en la sustentabilidad del modelo pero también en la consolidación de los superávits gemelos y en la integración regional y, a pesar de que está tensionada, en la relación con Brasil. Además se empieza a discutir la importancia de sustituir productos industriales importados, las fuentes energéticas y los mecanismos de financiamiento. Además ya se debate el scoring de competitividad del país, con una clara decisión de la presidenta que dijo que la Argentina iba a competir por sus ventajas en los recursos naturales y por la calidad de la mano de obra, pero en ningún caso por los precios de los salarios.
–¿Cuál es el rol que le cabe al Congreso en las definiciones políticas de mediano y largo plazo.
–Los lineamiento del Congreso van a apuntar a la institucionalización del modelo; la Unasur como cuerpo y escenario de la discusión política, reformas de carácter más estructural en el sector financiero, en trabajar para que los sectores productivos garanticen más la oferta.
–¿Qué le pareció el debate que se abrió en torno de una reforma constitucional?
–Creo que en la Argentina se ha trabajado para constituir un nuevo concepto de ciudadanía, de una nueva ciudadanía en la que el individuo accede plenamente al proceso económico. No hay ciudadanía sin protección social, educativa, previsional. Este nuevo ciudadano argentino no es el ciudadano pasivo que consagra la Constitución del ’94. Por eso hay que constitucionalizar los nuevos derechos. La Constitución del ’94 refiere mucho a las garantías y los derechos del individuo pero no habla de los derechos colectivos o sociales, que apenas quedan sujetos al 14 bis. Estamos ante un nuevo escenario con un ciudadano que se integra plenamente al circuito productivo. También ser empresario argentino te consagra derechos; cuando se discute la competitividad, el tipo de cambio implica la búsqueda de garantizar mercados. A eso hay que sumarle el debate sobre la no extranjerización de la tierra que debe tener carácter constitucional porque vamos a un mundo en el que la pelea por los recursos naturales va a ser importante y hay que consagrar la propiedad de la tierra para la Nación.
–Uno de los temas que forma parte del debate del mediano y largo plazo es la necesidad de reformar la actual Ley de Entidades Financieras de la dictadura. ¿Cuál es su posición?
–El concepto de banca universal, que se consagró en el año 1977, ese banco que hace de todo y termina haciendo negocios con las transacciones, negocios con el comercio exterior y que ha consagrado a Buenos Aires como un gran centro de intermediación financiera, va en desmedro de las economías regionales. Esta banca universal no es especializada y no da respuesta, por ejemplo, a quien demanda capital de trabajo. Es necesario reformar esta banca universal que aspira recursos de todo el país y que los presta de una forma bastante discrecional. Hay que dar un debate potente e ir hacia entidades más especializadas, regionales. Lo mismo también hay que debatir el fondeo de largo plazo, tanto para el crédito hipotecario como para la inversión.
–Y con la Carta Orgánica del Banco Central de Domingo Cavallo, ¿qué se hace?
–Con respecto al Banco Central, creo que además de cuidar el valor de la moneda debe apuntar, como bien lo está haciendo Mercedes (Marcó del Pont), a no estrangular la actividad productiva, que haya un correlato entre los medios de pago y la actividad económica.
–En los últimos días se puso al rojo vivo el debate por los recursos petroleros.
–En el tema petróleo la discusión fundamental es saber exactamente si la Argentina tiene más reservas petroleras o no, si se han cumplido las funciones de exploración. En el caso de que no sea así la regulación estatal debe ser mayor, sobre todo porque además de recomponer la capacidad energética en términos de ingresos de divisas también es importante que la energía vuelva a ser un vector de competitividad para el país. Y eso está atado a los niveles de reserva petroleras que tenga la Argentina.
–Otro tema que está vinculado a las petroleras es el de la concentración económica. Esta parece ser una de las deudas pendientes…
–El gobierno y fundamentalmente la Secretaría de Comercio Interior han tenido varias intervenciones en las cuestiones monopólicas que fundamentalmente apuntaban a garantizar un mercado amplio, abastecido y a precios razonables. El gobierno ha intervenido, y lo ha hecho muy eficazmente, en lo que es garantizar abastecimiento a precios razonables, mercados amplios y abastecidos a precios razonables. Es un gobierno que tuvo que dar respuestas simultaneas al crecimiento económica y la incorporación de trabajadores al mercado del trabajo en el marco de una economía muy desinvertida tanto en el sector público como en el privado. Es un equilibrio muy difícil, tener que mantener la oferta de mercado, los niveles de inversión y a su vez y todo esto en un marco de los contratos privatizados con tarifas dolarizadas, que muchas de ellas podía terminar en el CIADI. Desde el punto de vista de cuestiones que tienen que ver con la regulación del monopolio, fue una regulación directa: abastezcan estos precios y ganen espacios de mercado. Eso fue muy definido por Moreno. En algunos casos se lograron grandes éxitos y en otros todavía hay tensiones pero no recibimos justamente un país muy invertido.
–Pero en muchos casos estos monopolios actúan en forma de cartel y condicionan la competencia.
–Pero no ha habido procesos de concentración agudos que generen un desabastecimiento del mercado. Al contrario se lograron fuertes ampliaciones del mercado. Lo que pasa es que se está llegando a un punto en el cual necesitás dar saltos importantes en términos de inversión y las tensiones están dadas porque hay que ampliar la oferta pero la realidad es que con todas estas cuestiones la Argentina, por ponerte un número, tuvo una producción automotriz de casi 700 mil autos con 150 mil de exportación.
–¿Qué se puede hacer para combatir los efectos negativos de las estructuras monopólicas?
–Uno de los cuestionamientos que se le hizo a la Secretaría de Comercio Interior es que intervenía en la matriz de los negocios, ¡pero lo hacía para hacerlos hacer negocios! Sobre la base de ampliar el mercado, para evitar la concentración. Ahora voy a decir una cosa incorrecta: todos sabemos que hay  empresarios que podrían y que les gusta abastecer un mercado del 10% y con eso les da para comprarse unos campitos, una casa en Punta del Este y veranear. Eso no se permitió, porque se incorporó competencia, el que no ganó mercados acá, perdió el partido, porque el mercado se enfrió mucho. La matriz de negocios se ve obligada a ser pensada de ese modo, no para un país de 5 millones de habitantes sino para uno de 40 millones consumiendo, y un país que tiene capacidad de colocar productos en el mundo.
–¿Usted cree que el empresariado está consustanciado con el modelo económico o no le queda otra que acompañar las políticas?
–Me parece que sería injusto caracterizar a todos. Nosotros teníamos alrededor de 110 mil empresas que podríamos denominar medianas, con un nivel de facturación importante que habían sobrevivido a los avatares de lo que fue la crisis de la hiperinflación hasta el año 2001 en la Argentina y veíamos que tenían poca relación con el Estado como actor social. Este sector –nosotros reunimos algunos– acompañaba las políticas de gobierno porque era muy consciente que les había ido bien y reclamaban una mayor interacción con el Estado, una mayor articulación pero como negociadores no como actores sociales.
–¿Y los empresarios disconformes?
–Hay sectores del empresariado que no acompañan porque ven cuestionada su forma de hacer negocios. Esos sectores estuvieron muy acostumbrados a hacer inversiones recuperables en dos o tres años y a valorizar el excedente financieramente y mantenerse siempre líquidos con opción financiera y opción productiva de acuerdo a como viniera la mano. Es cierto que también eran modelos de volatilidad financiera que les imponían, pero la realidad es que ese sector que tiene gran capacidad de trabajar en la cortita, en la coyuntura, frente a una oferta de largo plazo, como se le ha hecho, queda desacomodado. Cuando digo que la Secretaria de Comercio Interior interviene en la matriz de negocios para que se amplíe la oferta y los mercados, no todo el mundo quiere arremangarse y laburar, es más fácil mantener una cuotita del mercado, ni tampoco innovar.
–Antes de que ganara la presidenta y obtuviera la reelección se hablaba de que el gobierno iba a hacer un giro político hacia la derecha. Pero a juzgar por los primeros días de gestión eso no ocurrió.
–No estaba en la cabeza de nadie en el gobierno abandonar el rumbo que se había trazado, el proceso de inclusión social, crecimiento y mejora en la distribución del ingreso. Tampoco es que el gobierno tenga actitudes anticapitalistas, pero no había ninguna política promercado que supusiera desandar el rumbo de crecimiento económico e inclusión. No percibí nada en esa dirección. Y me parece que el gobierno está trabajando acertadamente en recomponer el superávit externo y el superávit fiscal sobre la base de ir a una nueva etapa estructural donde la Argentina sea competitiva, reconozca determinados sectores de los eslabones productivos y escenarios fiscales más sustentables en el mediano y largo plazo, como por ejemplo, salir gradualmente del esquema de subsidios.
–En ese contexto, hay quienes opinan que la eliminación de los subsidios es un ajuste encubierto.
–Ese es un absurdo, podemos ver la contracara. En 2003 había tarifas dolarizadas y si se hubiera continuado así el impacto sobre la población hubiera sido tremendo. El gobierno tomó una opción y la convirtió en parte de una política de ingresos, sobre todo en los sectores más vulnerables del área metropolitana, lograr el abastecimiento de luz, gas y transporte a precios muy baratos. Recompuesto el mercado laboral, los niveles salariales, teniendo piso de ingresos y necesitando un ordenamiento fiscal distinto, se empezó gradualmente a reducir los subsidios. Esta es la diferencia con el gobierno de la Ciudad; el gradualismo para ver cuáles son los sectores que necesitan subsidios. Después hay sectores que están renunciando al subsidio porque  no lo necesitan. Eso te permite liberar recursos fiscales para poder reasignarlos progresivamente. No hay una sola medida en el contenido del Presupuesto 2012 que revele una política de ajuste. Todo lo contrario, hay expansión de la inversión social y de la inversión pública.
–Hay algunas quejas de los vecinos respecto de la política que está aplicando la Argentina en materia de importaciones con la ventanilla única. Por ejemplo en Uruguay, el presidente José Mujica hizo una observación y los industriales brasileños, también.
–Paulo Skaf (presidente de la Federación de Industriales de San Pablo –Fiesp–) llegó al país para anunciar la necesidad de una política de intercambio compensado. Es lógico pensar que vos no podés tener un proceso de integración donde tenés un intercambio de U$S 40 mil millones pero ese intercambio tiene un déficit de 15% (NdR: El déficit de la argentina con Brasil ronda los U$S 6000 millones anuales) para uno de los países. Lo que es sustentable es un 3 o 4% de déficit compensado alternativamente. Uno ha visto como Brasil pasó en diez años de U$S 70 mil millones de compra en el mundo a 200 mil millones. A nosotros nos sigue comprando en un 10%, pero no es lo mismo el 10% de 70 mil que de 200 mil. En este marco de crisis internacional es necesario que Brasil aumente su poder de compra no sólo en la Argentina sino en toda la región, para liberar ese proceso de integración. Pero además hay que lograr una búsqueda de un intercambio más compensado, Brasil tiene que lograr identificar productos que comprarle a la Argentina. No puede haber proceso de integración cuando un país es crecientemente deficitario con el otro. Eso le pasó a Alemania con el resto de Europa.
Fuente: Tiempo Argentino,  05.02.12

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